Hay un chiringuito en Montgat (Barcelona) en el que viajas a los años 30
LA HISTORIA DE UN SIGLO RESUMIDA EN EL CHIRINGUITO BAÑOS VIRGEN DEL CARMEN DE MONTGAT, QUE TODAVÍA PUEDES DISFRUTAR
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Si quieres saber cómo eran los chiringuitos a principios del siglo pasado, pásate por Montgat, concretamente por los Baños Virgen del Carmen. Situado en la playa de Sant Joan, tan solo a 15 km de Barcelona, este lugar emblemático nació en 1928 y está enclavado entre casitas de pescadores, un lugar que destila la historia del siglo XX en la costa catalana y en donde chupar cabezas de gambas con los pies en la arena.
MUCHO MÁS QUE UN CHIRINGUITO
A principios de siglo las zonas de ocio se dividían entre las zonas frecuentadas por la burguesía y clases acomodadas y los espacios de carácter más popular. Los baños que surgieron en Montgat pertenecen a estos últimos. Fueron construidos encima de los cimientos de una antigua fábrica. Había en su momento cuatro baños muy populares: Sant Gerard, Montgat, Emporium y Virgen del Carmen. Los dos últimos todavía siguen en pie, el Emporium, fue recientemente remodelado pero los baños Virgen del Carmen siguen en su forma original, y fue precisamente a éstos a los que fuimos a disfrutar de una típica comida veraniega playera.
Montgat era el arrabal costero de un pueblo de interior (Tiana). Debido a los ataques de piratas los pueblos de la costa se situaban unos quilómetros tierra adentro.
En Montgat, el desarrollo de las zonas de baños estuvo directamente vinculado a la llegada del tren y al crecimiento de la industria: Montgat tiene un aire de pueblo fronterizo. Cada fin de semana, trabajadores de todo el Barcelonès llegaban a los baños de Montgat con "una cantidad respetable de trenes especiales, autocares, autos, motocicletas, y algún vehículo tronado y pasado de moda ".
Durante los años veinte y treinta, los baños de Montgat representaron para la clase trabajadora de Barcelona la posibilidad de disfrutar (aunque solo fuera por un día) del veraneo, un privilegio que hasta el momento se había reservado a las clases acomodadas. La buena comunicación con Barcelona hizo que los baños de Montgat fueran uno de los espacios de ocio más populares de la época y como tal, uno de los escenarios de las primeras incursiones de la clase obrera en las playas del litoral catalán, así es como se describía en la época el ambiente en los baños: “El mar hierve, la gente hormiguea por la arena; los pianos de manivela y las gramolas, en competencia, tiran sus pito desafinados y revolotean por el espacio unos zapatos, una escarrotxa de sandía o una máquina de retratar, en amigable y mal intencionada mezcla" (Passarell).
PLATO ESTRELLA: SARDINAS A LA BRASA CON PAN CON TOMATE
Cuando nosotros estuvimos allí, veníamos de asisitir a la subasta de pescado de Montgat, la única subasta de pescado cantada que queda en Cataluña (aquí encontrarás el artículo que hicimos al respecto). Y claro, veníamos salivando y con muchas ganas de pescado fresco, así que nos decidimos con las sardinas a la brasa. Pequeñitas, frescas, al punto, con una picadita de ajo y perejil. Un lujo veraniego.
“el mejor pez comestible”, como las describía Josep Pla, marca el inicio del verano, ya que su mejor época es entre mayo y octubre. Tienen gran cantidad de Omega-3, ácidos grasos beneficiosas para la salud cardiovascular. Así que ya sabes.
Aunque parezca un plato sencillo, hay algún truco para hacer unas buenas sardinas a la brasa. Aquí tienes algunos de los secretos de los grandes cocineros para que te queden de diez:
-Asegúrate de que las sardinas son frescas, carne firme, ojo brillante y buen color.
-Al hacerlas a la brasa no hace falta quitarles la cabeza ni las espinas, así conservan mejor su sabor
-Joan Roca, en el libro de recetas de su madre dice: “las sardinas a la brasa se cocinan enteras, sin limpiar ni desescamar, se salan y se colocan sobre las parrillas 2 minutos, se giran, se dejan un ratito más y enseguida se quitan”.
-También aconseja colocarlas cuando la brasa está “ufana” y comerlas cuando todavía están calientes “porque es cuando están más jugosas y buenas”.
-En el caso de hacerlas en la barbacoa de casa, Jorge Nespereira, del bar Alegría, aconseja embadurnar bien las sardinas de aceite para que se nos peguen y rompan lo mínimo posible, e ir con cuidado al sacarlas de la parrilla. “El aceite ayudará a que se cree una costra exterior muy rica”.
-Otra recomendación de Nespereira: “hay que hacer la brasa media hora antes del cocinado, y conseguir una buena temperatura constante. Como es una cocción muy rápida, podemos poner la sal antes de colocarlas en el fuego, “pero no demasiado tiempo antes”, aunque si te gusta más hacerlo una vez cocinada, también puedes, “siempre que esté todavía caliente porque es cuando la absorbe y se queda pegada”.
¿POR QUÉ LA LLAMAMOS MORRALLA SI ES MANJAR DE DIOSES?
Según la RAE la palabra morralla tiene 4 acepciones en su significado.
1. f. Conjunto o mezcla de cosas inútiles y despreciables
2. f. Multitud de gente de escaso valer.
3. f. Pescado menudo.
4. f. Hond. y Méx. calderilla (monedas de escaso valor).
Como ves, todo lo que representa la palabra morralla está relacionado con el poco valor o el tamaño pequeño, con la inutilidad. Pero oye, cuando vienes de una mañana de playa, con el calor pegado al cuerpo, te sientas a la sombra del chiringuito, te pides una cervecita bien fría y te aparece un plato de morralla como el que ves en las fotos, que Dios me perdone, pero no le veo lo despreciable por ninguna parte.
La morralla es un variado de pescados ideales para hacer caldo, que suelen ser de tamaño pequeño e incluyen pescados de roca con mucha espina y poca carne. Especies variadas como la gallineta, las cintas, pargos, mújoles, arañas y algunos mariscos sueltos como galeras etc. que aportan un gran sabor a los caldos y fumets. La morralla es una parte esencial de la cocina de la costa mediterránea, es la base de sopas, suquets, fumets, y los mejores arroces de pescados.
Pero también es un plato típico y económico de chiringuito de playa, una de las frituras más populares. La morralla bien enharinada y frita es un manjar bueno, bonito y barato para cualquier día (o noche) de verano. Además, es el plato ideal que gusta a todo el mundo, si no te comes una cinta, te comes un salmonete o un cangrejo. Hay donde elegir. La morralla es el claro ejemplo de la cocina del aprovechamiento.
RUTINAS DE LOS VERANEANTES EN LOS BAÑOS DE MONTGAT
Así era la vida del veraneante tipo: por la mañana casi todos iban a la playa. Sobre todo entre el sector masculino había una gran afición por el balonvolea, actualmente voleibol.
Al mediodía, el grupo se juntaba para comer. Después de comer jugaban a las cartas; entre partida y partida, a veces la sobremesa se alargaba hasta la tarde. Después de cenar iban en la terraza de uno u otro y hacían tertulia. El día más esperado de la semana era sábado, ese día por la noche, todo el mundo, vestido para la ocasión, iba al baile de los baños San Gerardo, donde sonaba el twist y el rock hasta altas horas de la noche. Dos celebraciones eran "obligatorias" en los baños de Montgat: la noche de San Juan, y en los baños San Gerardo la fiesta de clausura del verano, que consistía en la celebración de un "carnaval veraniego".
Ya desde los orígenes y de forma espontánea, en los baños de Montgat estilaba fuerza la ética del hazlo tú mismo (el do it yourself que tan de moda han puesto los hipsters del siglo XXI). Esta manera de hacer, en un entorno en el que el espacio público y el privado casi se fundían en un espacio común, dio como resultado una miscelánea de materiales, colores y formas; todas las casetas eran similares pero cada una tenía su particularidad.
UNOS BAÑOS CINEMATOGRÁFICOS
Las casetas de baños de Montgat, una especie de materialización de una 'fantasía kitsch', fueron objeto de adoración entre fotógrafos y cineastas. En una ocasión sirvieron de escenario para un reportaje fotográfico "picante" sobre las chicas del verano en la Costa Brava, y también se filmaron escenas de La plaza del diamante, de Francesc Betriu, y más recientemente de La vida abismal, de Ventura Pons.
CRONOLOGÍA DE unos baños (y UNa SOCIEDAD) VENIDOS A MENOS
Eva Moyano escribió un fantástico estudio sobre los baños de Montgat, que hemos utilizado para elaborar este artículo y que te recomendamos leer).
1848: primera linea de tren en España que une Barcelona con Mataró (y pasa por Montgat)
Finales de los años 20: se empezaron a construir las primeras casetas de los baños Montgat, se dice que algunas de las casetas fueron construidas con la madera de las cajas de los primeros Ford-T que llegaban a España.
Entre los años 20 y 30: el automóvil permite desplazarse de la ciudad a las playas. La neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial estimuló el desarrollo turístico en Cataluña. El Gobierno Provisional de la Segunda República estableció por primera vez el derecho a vacaciones pagadas (siete días al año). Como reacción a la moral estricta del pasado se extienden los valores de exaltación y culto al cuerpo, valoración de la actividad deportiva al aire libre y la consideración de los efectos benéficos del sol, tanto por salud como por estética. Se dan los primeros pasos hacia la industria del turismo mediante la construcción de colonias de veraneo, establecimientos de baños, hoteles y casinos en diferentes puntos de la costa catalana.
A los antiguos baños se incorporaron una serie de pequeñas edificaciones de tipo bungalow con cocina-comedor, habitación con literas, lavabo y ducha a precios populares, que la gente podía alquilar durante el verano a través del boca a boca o de anuncios que aparecían en publicaciones periódicas.
En aquella época la actividad de los baños de Montgat fue tan importante que incluso la Renfe puso a la venta un billete de tren de ida y vuelta Barcelona-Montgat, con derecho a caseta para cambiarse y dejar la ropa.
Los baños de Montgat se habían convertido en uno de los establecimientos con más concurrencia y de carácter más popular de todo el litoral barcelonés.
““Este nombre tan cortito pero tan expresivo de Montgat, que durante cinco días de la semana se condensa en el recuerdo de un enamoramiento fácil bajo un toldo franja de azul y blanco, cuatro risas femeninas cazadas con la Kodak y mucho escozor al edpidermis, al llegar sábado vuelve a relucir con todas las gracias de su prestigio”.”
1936-1939. Guerra civil: los bombardeos de la Guerra Civil dejaron varios clubes y establecimientos de baños, sobre todo en el área de Barcelona, en muy mal estado. "En cuanto a los establecimientos de playa, igualmente como los espectáculos taurinos y los partidos de fútbol, se pusieron rápidamente en marcha”.
1940-1960: los baños de Montgat, como muchos otros, perdieron parte del espíritu moderno y abigarrado que les había caracterizado en años anteriores, debido al pudor y la decencia que el franquismo imponía a las playas a golpe de sanción.
Entre los años cincuenta y setenta: Fue una etapa que en general, todo el que la vivió la recuerda como la "época dorada" de los baños de Montgat.
Años sesenta: crecimiento económico, creación de una sociedad de consumo más abierta a la información exterior. Nuevos hábitos en las playas, se deja atrás la estricta moral católica. Más libertad y desenfado. Una clase social incipiente con interés por el deporte y todo lo moderno comenzó a ir a los baños de Montgat. Los hombres practicaban deportes de moda como el voleibol o los deportes acuáticos, y las mujeres se vestían y peinaban imitando las estrellas de Hollywood, como ya hacían en la década de los treinta. Los inquilinos de las casetas pertenecían a la capa media de obreros y empleados y muchos trabajaban en comercios de Barcelona. La mayoría de veraneantes eran familias, matrimonios con dos o tres hijos que venían de Barcelona y de las afueras de la ciudad, pero también de otras provincias de España, como Navarra o Zaragoza.
Años 80: Afectado per la ley de costas, llega la noticia de que los baños de Montgat deben ser derribados. el Plan de Costas elaborado en 1985 preveía la regeneración de los más de 30 kilómetros de frente marítimo que hay entre Castelldefels y Montgat. Los inquilinos organizaron reuniones y hablaron con todo el que pudieron para intentar detener el proceso de derribo, pero no sirvió de nada. El final de los baños estuvo precedido de un período de decadencia lento y doloroso: al saber que los echarían, algunos vecinos y vecinas dejaron de pagar el alquiler y todo lo que no se podían llevar, como muebles y electrodomésticos, lo tuvieron que dejar a las casetas.
1989: Algunas personas se quedaron hasta que casi se les cayó la casa encima, las excavadoras llegaron en junio de 1989. A partir de entonces, aquella zona de la playa se convirtió en un espacio con mucha menos afluencia y toda la actividad vinculada al ocio y disfrute del mar que los baños habían generado a su alrededor se fue extinguiendo con el tiempo. Los baños Virgen del Carmen han quedado prácticamente vacíos y no hay mucha gente que alquile una caseta en verano. La mayor parte de los veraneantes se encuentran actualmente en los baños Emporium, que también conservan su bar-restaurante.
Actualidad: Actualmente, los baños de Montgat son un lugar muy tranquilo donde la gente pasa los veranos disfrutando del sol y la playa, de los amigos y de la familia, un poco como se había hecho siempre.
Los espacios vividos, como los baños de Montgat, no son sólo un amontonamiento de piedras y cosas, sino espacios donde se dan un conjunto de relaciones y vivencias entre sus habitantes. Por ello, la destrucción de estos baños, que durante casi seis décadas fueron testigo del veraneo de las clases populares en la costa barcelonesa, además de suponer la desaparición de un conjunto patrimonial de gran valor desde un punto de vista histórico y arquitectónico, representó la disolución de relaciones de vecindad muy estrechas, así como la pérdida de identidad por Montgat. Con el derribo de los baños Montgat y San Gerardo una parte importante de los baños de Montgat se apagó.
¿DE DÓNDE VIENE LA PALABRA CHIRINGUITO?
Lxs amigxs de Habla Cultura lo cuentan tan bien en este artículo, que te transcribimos aquí la historia:
“En España, se utilizó por primera vez en 1913 en Levante, concretamente en Sitges (Barcelona). El Chiringuito fue el nombre que el periodista madrileño César González Ruano le dio al pequeño bar de la playa en el que solía escribir.
Cuentan que el nombre de El Chiringuito fue un personal homenaje del periodista a sus viajes por Cuba. Hoy, el primer chiringuito de España sigue levantado en la playa de Sitges. De aspecto marinero, azul y blanco, sirve cerveza fría, vino blanco y pescado fresco cada día. Gracias a este local, la palabra chiringuito comenzó a extenderse por todo el levante español, y por Andalucía… Hoy está tan popularizada en España, que muy pocas personas conocen su verdadero origen. Lo que todos tenemos claro es que un chiringuito es un pequeño local situado en la playa donde se puede tomar algo y en el que habitualmente también sirven pescado. La RAE registró la palabra en 1983 con dos significados. Según el Diccionario de la Real Academia Española, chiringuito significa ‘quiosco o puesto de bebidas al aire libre’, y también, ‘chorrito menudo’. Y es precisamente esta segunda acepción la que nos lleva a la isla de Cuba, la verdadera cuna de la palabra. Cuentan que, durante el siglo XIX, los trabajadores de las plantaciones de caña de azúcar se tomaban un café cuando paraban a descansar. Cogían una media, la llenaban de café y después le echaban el agua. La media hacía de colador, servía para filtrar el café. Pues bien, al chorrito que salía de esa media lo llamaban chiringo. Con el paso del tiempo, se crearon pequeños quioscos de caña y hojas, y allí los campesinos descansaban y se tomaban su café. “Vamos al chiringuito”, decían.
Hoy los cubanos utilizan la palabra como en España y los mexicanos han creado la variante changarrito.”
